Una parte del colesterol lo fabrica nuestro organismo y otra gran parte lo introducimos mediante la nutrición. Diferenciamos entre colesterol bueno, el que protege el corazón y el colesterol malo, que se deposita en las arterias y provoca enfermedades cardiovasculares.

Corrige el colesterol con una correcta nutrición

Corregir el colesterol implica un cambio de nutrición total. Necesitamos una dieta rica en frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva. Una nutrición que apuesta por la reducción del colesterol en sangre y el aumento del colesterol bueno.

Para combatir el colesterol, debemos llevar a cabo una nutrición que aumente únicamente la grasa mono insaturada y poliinsaturada, por ejemplo eligiendo carnes magras como el pollo o el pavo.

La grasa mono insaturada la encontramos en el aceite de oliva, que será nuestro gran aliado si hacemos un uso adecuado de él. Se recomienda utilizar el aceite de oliva, tanto para el aliño en crudo como para saltear alimentos. La grasa poliinsaturada la encontramos en el omega 3, que se presenta en los pescados azules, las semillas de lino o las nueces.

La nutrición correcta para una persona con colesterol debe eliminar el consumo de vísceras (hígado, riñones, sesos), marisco y yema de huevo. Además, es imprescindible evitar los alimentos ricos en grasas saturadas como los derivados cárnicos (paté, foie gras, hamburguesas de comida rápida, salchichas o embutido).

Lucha contra el colesterol

En una nutrición que lucha contra el colesterol es muy recomendable aumentar la proteína vegetal, que se consigue con la mezcla de legumbres y cereales (arroz con lentejas, pasta con guisantes…). Con ello, conseguimos una proteína de alto valor biológico que equivale a una proteína animal.

Otro de los factores vitales en la nutrición para combatir el colesterol es el consumo de fibra (frutas, legumbres…) ya que capta ciertas sustancias del intestino impidiendo su absorción como por ejemplo con el colesterol y las grasas.

Y por último no olvidar la ingestión de antioxidantes, que impiden la oxidación del colesterol malo y previenen el deterioro de las arterias. Estos antioxidantes se encuentran en la vitamina C y E, presentes en (pimientos, espinacas, zanahorias, calabaza, tomate, fresa o kiwi).

Si tienes el colesterol por las nubes, debes seguir una nutrición adecuada, evitando las grasas saturadas como la mantequilla, leche entera, yogures enriquecidos, quesos grasos, carnes grasas, bollería industrial, fritos comerciales…

Bienestarlife

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